lunes, 12 de marzo de 2012

El hobby tenía un precio

Postales desde el hobby

Periódicamente, en los foros en Internet aparecen temas que generan un "caluroso" debate. En ocasiones, leyendo las respuestas que se cruzan los participantes no puedo evitar pensar que menos mal que sólo es un espacio virtual, porque sino ¡correría la sangre! No todos los juegos despiertan esa pasión, por supuesto. La verdad es que nunca he visto a nadie discutir por los méritos, o deméritos, relativos de Space 1889 (inciso: es un muy entretenido juego de rol y de figuras, que seguro que me dará por recuperar en cuanto vaya a ver John Carter ¡Y es que me encanta la ciencia ficción victoriana!).

Sin embargo, hay dos sistemas que sí que despiertan nuestras más bajas pasiones: Flames of War y Warhammer, tanto el Fantasy como el 40.000. Lo de Magic es otra bestia completamente diferente; un universo paralelo; una Zona N, en la que no me atrevo a entrar y que prefiero dejar en manos de gente más lista que yo, como los 4 Fantásticos, por ejemplo.

El viejo "ladran, luego cabalgamos" sigue siendo cierto en esta era digital en la que los caballos sólo los vemos en las películas y en los documentales de La 2 (me aburrió Warhorse, por cierto... ni siquiera me dieron ganas de jugar a 1ª Guerra Mundial cuando salí del cine). Lo más curioso es que son los que no juegan a ninguno de ellos, los que demuestran más pasión a la hora de criticarlos.

Su principal queja es el precio. Es casi como si les pareciera inmoral que alguien esté dispuesto a pagar 500 euros por un ejército de, digamos, 40 miniaturas. No sería la primera vez que me encuentro con el argumento de que ellos han comprado tropecientas figuritas por tan solo ciento y algo euros.

Además de jugar a Warhammer también soy jugador de históricos. De hecho, creo que aparte de los juegos de aviones, no existe ningún período o tema que no me atraiga. He llegado a un punto que para evitar acumular más miniaturas de las que la estructura de mi casa puede soportar sin hundirse -me imagino la cara de mi vecino de abajo, viendo llover sobre su cabeza centenares de pequeñas figuras de metal-, sólo colecciono mini-ejércitos, para jugar escaramuzas. Si no recuerdo mal, pintados y listos para jugar tengo un pequeño ejército austriaco de la época de la Guerra de los Siete Años (1756-1763), formado pr 15 batallones de infantería, 3 regimientos de caballería y una batería de artillería; una brigada egipcia, de la guerra del 73, en 6mm; unos 60 vikingos/sajones, para jugar escaramuzas -a ver si pruebo el SAGA, del que tanto se habla en los foros-; alrededor de 40 figuras de la guerra de independencia de Irlanda (1920-1922), que de vez en cuando son movilizadas para luchar contra cultistas de Chtulhu; y unas 50 y pico miniaturas de indios y británicos, para las guerras Franco-Indias, del siglo XVIII.

A pesar de que ninguno de los reglamentos que uso -o pretendo usar- exige demasiadas miniaturas y que la inversión en dinero ha sido relativamente moderada, con la excepción de los austríacos, cualquiera de esos ejércitos que acabo de mencionar me han salido comparativamente más caros que cualquiera de los que tengo de Warhammer 40.000 ¿Cómo es eso posible?

Si medimos el coste de un ejército en función de la cantidad de horas de hobby que me ha proporcionado, sin duda los de 40.000 son los más baratos. Por ejemplo, mis Desgarradores de Carne me costaron unos 490-500 euros, aproximadamente. He jugado con ellos más partidas de las que puedo recordar, en los cuatro años que han pasado desde que los tengo terminados. El coste por hora de hobby, sin contar las pasadas pintando y montando las figuras, no supera los 4 euros. Apenas la mitad de lo que cuesta ir al cine. En contraste, mi ejército austriaco es uno de los más caros: 100 euros por hora de juego. Los otros ni los cuento, ya que nunca han llegado a tirar un dado en batalla.

Warhammer o FoW no son juegos caros, aunque parezca lo contrario. Por una inversión relativamente moderada -que tampoco es necesario hacer toda al mismo tiempo- accedes a un hobby en el que es fácil encontrar oponentes; que tiene una infraestructura de apoyo al jugador que no tiene ninguna otra gama de figuras, al menos en España; y finalmente que es muy, muy rejugable. Antes de decir que tu Tervigón de 45 euros es muy caro, piensa todas las veces que lo vas a usar en una mesa de juego y luego dime si realmente lo es tanto.

Si queréis un hobby caro, intentad coleccionar todas las figuras vintage de Star Wars. O jugar al golf. O ir al cine todas las semanas. O tener novia.

¡Que Fortuna os sonría!

Coda: con las figuras vintage os recomiendo que os especialicéis, porque abarcarlas todas es imposible salvo que seas millonario. Incluso si en vez de ir a por las vintage originales vais a por las nuevas en reempaquetado clásico, es necesario elegir un tema y ceñirse a él. Es difícil ser disciplinado. A mi, por ejemplo, me gustan los alienígenas... pero luego veo la Leia de las escenas eliminadas, que acaba de salir en la nueva wave y me cuesta un esfuerzo serio no picar y comprar una; y es que es una figura simplemente exquisita. No creo que resista mucho más tiempo a la tentación... total, una figura especial no es para tanto ¿verdad? Sólo son 13 euros de nada... (veamos, si comemos lentejas tres días seguidos creo que también puedo comprarme a Leia... hummm)

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